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Hasta que un día se marchitó

Hasta que un día se marchitó

Luego del bochornoso empate en Sarandí, todo indica que Diego Flores no continuaría al mando del plantel.

Llegó en un momento tormentoso y consiguió rápidos resultados. Goleada tras goleada ofreció es sus primeras presentaciones, más como si de una mala película se tratase, el “tráiler” fue lo mejor.

El “Traductor” -apodo que se le dio debido a su labor con Marcelo Bielsa- tuvo buenos momentos. Dio de que hablar en un comienzo y llegó a ilusionar.

Pero la realidad golpeó y lo hizo de forma contundente. El equipo comenzó a perder brillo de a poco y (pretemporada de por medio) el desempeño fue cada vez peor.

El experimento “Imitador de Bielsa” (que le ha funcionado a Chile, Defensa y Justicia, entre otros) culminó de la peor forma.

Luego de dos insólitos empates a 3, llegó la frutilla del postre. Una bochornosa igualdad después de ir arriba por 3 tantos contra 0.

Varias veces se comentó, luego de algunos malos partidos fue secreto a voces. Esta vez, pareciera ser verdad, Flores será relegado de su cargo.

La relación con los hinchas estaba rota y con los jugadores parece haber cada vez menos química. Muchos se muestran fastidiosos cuando les toca salir y varios pareciera que no dan lo mejor de sí.

Cuando las cosas no van no deben forzarse. Tal vez, en un futuro y con mayor experiencia, el cordobés se transforme en un gran entrenador. Lo cierto es que de momento no lo es y que piloteó como pudo una situación que lo sobrepasó en varias oportunidades.

A mitad de torneo y con los promedios en rojo fuego, la dirigencia tiene la obligación de dar en el clavo con el director técnico que seleccionen. Los resultados apremian y el tiempo se agota, acertar en la decisión es la una opción posible o el final puede ser catastrófico.

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