El Tomba volvió a caer. Esta vez por Copa Argentina con River Plate por los octavos de final, y la paciencia se está perdiendo.
Claramente el rival no era cualquiera, es nada más y nada menos que el mejor equipo del fútbol argentino. Cuando no hay ni jerarquía y tantos juveniles es casi imposible hacer frente a un equipo consolidado como lo es River.
Godoy Cruz comenzó con cinco defensores, que ayudaron al Expreso a replegarse todo el partido. Por momentos, funcionó. Porque de otra manera no se le puede jugar al Millonario, el palo por palo no es negocio. Luego con los cambios realizados, Patalano intentó atacar más al equipo del Muñeco.
Entró Merentiel y aportó un poco más de peso en el ataque, pero nada pudo hacer para salvar la clasificación a la siguiente ronda. Un aporte que puede funcionar a futuro es Freites, que con un equipo que acompañe puede ser de mucha utilidad para un conjunto que necesita soluciones urgentes para lo que viene.
Con la expulsión (tonta) de Cardona, el conjunto de Patalano quedó aún más a la deriva. Designó como capitán a Jaquet, un paraguayo que ni cinco partidos jugó en el Bodeguero.
River pasó. Fue demoledor en el juego, pero no en el marcador. Godoy Cruz nunca se convenció que pudo haber empatado el encuentro.