Centenario

Pensando en ustedes, siempre

Siempre extrañándolos

No es un día más. Este 1 de junio, Godoy Cruz cumple 100 años, una historia repleta de amor y hazañas.

En este centenario, hubo muchas personas que fueron vitales para el crecimiento de la institución. Desde distintos lugares, aportaron su granito de arena para que el Tomba sea el único grande del oeste argentino.

Julio Roque Pérez, el “Loco” que marcó el camino. El máximo referente. El único e inigualable. Nacido el 21 de diciembre de 1940, fue, es y será el emblema de todo hincha tombino. Ojalá todos fuéramos un cuarto cómo él.

A sus 15 años, ganó la lotería en San Juan y no lo dudó. Donó todo el dinero al club de sus amores para levantar parte del Feliciano Gambarte. Nos dejó el 12 de mayo de 2020, pero su legado quedará por siempre.

Guido “Pacha” Siragusa. Un hincha bodeguero que volcó todo su amor por Godoy Cruz desde el arte. Miembro fundador de La Página Bodeguera en su momento y de Pintores Bodegueros, desplegó todo su ingenio por todo el barrio y por las calles tombinas.

Con tarros de pintura y pinceles, dejó marcas que quedarán para toda la eternidad. Desde el cielo, seguirá sonriendo y retratando el sentimiento como pocos.

Santiago García. Un uruguayo que, a base de goles, enamoró a propios y extraños. Llegó en 2016 y no se fue nunca. Carismático, genuino y solidario con todos.

El “Morro” supo cómo cavar dentro de los corazones bodegueros. Con 51 tantos, se convirtió en el máximo goleador histórico del club en Primera División. El romance no terminó de la mejor manera, pero sin dudas, que en cada rincón, nunca será olvidado.

Héctor Pedone. Un arquero que mi generación no pudo observar en cancha, pero al escuchar su historia, no podemos dejarlo de lado.

El público que vio jugar al “Chalo” relata que fue uno de los mejores porteros del fútbol mendocino. Pasó por muchos clubes, pero su corazón tenía grabado a Godoy Cruz. Con atajadas espectaculares, fue vital para que el Tomba venciera a la Selección argentina en 1970. Con total seguridad, debe seguir volando en lo más alto.

Humberto Lentz. De los mediocampistas más recordados. Volante central, querido por todos. Crack dentro y fuera de la cancha.

El “Gato” fue vital en el equipo que ascendió a la B Nacional en 1994. Un hito con muchas páginas escritas en el libro de historia bodeguera.

Desde el cielo y con la camiseta azul y blanca bien puesta, muchos estarán viendo desde allá arriba cómo crece la institución. Jugadores como Domingo Godoy, Osvaldo Camargo, Orlando Cipolla y dirigentes tales como José “Pepe” Guisasola y Jonathan Di Nasso. Todos ellos, seguramente estarán brindando con vino, una vez más desde la eternidad.

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