Hernán López Muñoz, para quien les habla (claro está) fue la innegable figura del encuentro. No hizo goles, salió antes del segundo tanto y los flashes no estuvieron centrados en él.
A pesar de ello, el fútbol que otorgó el número 8 es digno de encuadrad. Todo pasó por sus pies, todo. Cualquier acción de juego de Godoy Cruz (hasta su salida) tuvo la gracia de pasar por los botines del jugador cuyo pase pertenece a River.
Tiene una capacidad impresionante para hacer un rápido análisis del juego y de los movimientos de los rivales. Su visión de juego es de enganche clásico (de esos que están en peligro de extinción) y lo demuestra cada vez que visualiza un espacio y mete el balón.
No me gusta mucho el uso de las estadísticas cuando son distantes del contexto, pero en este caso (para quienes vimos el partido) podemos asegurar que solo refuerzan lo dicho en párrafos anteriores.
Los números del volante nacido en Villa del Parque (Buenos Aires):
➜ Asistencia
➜ 1º en faltas recibidas [3]
➜ 1º en recuperaciones [9]
➜ 1º en chances creadas [2]
➜ 1º en pases al campo rival [21]
➜ 1º en pases al último tercio [12]
➜ 1º en gambetas completadas [2]
El partido que hizo es para pasar en las escuelitas del país y mostrarles a los próximos volantes como se crea juego. Godoy Cruz tiene opción de compra (no se trata de un número escandaloso) y debe hacer uso de ella. Mientras esté en Mendoza, será fundamental en el juego. Después, se revenderá por mucho más dinero.