
Este martes, en un momento deportivo muy delicado, Godoy Cruz visitaba Paraguay para medirse frente a Sportivo Luqueño en el estadio La Huerta, por la cuarta fecha del grupo D, de la Copa Sudamericana 2025.
En busca de mantenerse en la cima del grupo, Esteban Solari metió mano en el equipo que cayó frente a Riestra y mandó a la cancha a: Petroli; Quiroz, Funes, Arce, Meli; Poggi, Fernández, Ábrego, Altamira, Andino y Barrea.
La primera impresión era la curiosa elección de la dupla central, compuesta por Leandro Quiroz, quien no disputa un partido oficial desde hace seis meses, y la inclusión de Matías Funes, que con 19 años hacía su debut absoluto en primera división, en lugar de Rassmusen y Mendoza, ambos lesionados.
A esto se le sumaba el ingreso de Andino por Pascual y la aparición de Altamira por Auzmendi.
Enfrente, el equipo de Gustavo Morínigo, quien llegaba a este partido después de tres empates consecutivos en el torneo local y con tan solo un punto sumado en Sudamericana, haciendo casi imposible el pasaje a próxima ronda, pero apoyado en lo que pueda hacer Federico Santander en ataque.
PRIMER TIEMPO
En el nacimiento del encuentro, Luqueño impuso su postura ofensiva y rápidamente se hizo dueño de la pelota, mientras el Tomba esperaba y se resguardaba de los modestos ataques del local.
Cuando Godoy Cruz comenzó a encontrarse con el balón, se hizo fuerte mediante pelotazos a espaldas del mediocampo paraguayo. En ese sentido, Ábrego buscó al jugador más peligroso del equipo, Santino Andino, quien desbordó en algunas ocasiones sin poder finalizar las jugadas.
Más adelante, los paraguayos emparejaron las acciones desde el juego y con balones largos comenzaron a buscar a Federico Santander y a Elvio Vera, quienes le dieron algo de trabajo a Franco Petroli.
En este contexto, los de Solari no encontraban el juego asociado y apostaban al contrataque, sobre todo por la banda derecha con la velocidad y el mano a mano de Facundo Altamira, que estaba teniendo una lucha interesante frente a Sebastián Maldonado.
Los últimos diez minutos fueron lo mejor del Expreso.
Andino insistió con el desborde y encontró opciones, tanto de pase como para hacer la personal. Fue allí cuando reventó el travesaño y estuvo cerca de poner el primero.
La visita se fue mejor al descanso, aunque denotaba la necesidad de un centro delantero que capitalizara las arremetidas contra el arco de Alfredo Aguilar.
SEGUNDO TIEMPO
El complemento tuvo como protagonista inicial al elenco mendocino, que salió (actitudinalmente) decidido a buscar el gol.
El trámite se tornó muy disputado, imposibilitado el buen juego y la pelota al piso, sin embargo el Tomba intentaba de cara a la línea del fondo rival.
En función defensiva, Godoy Cruz dejaba alguna duda cada vez que Luqueño atacaba. Aun así no hubo sobresaltos mayores ni grandes horrores en este aspecto, pese a la novedosa zaga central.
A los 20′ del segundo tiempo, Daniel Barrea salió y su lugar fue ocupado por Agustín Auzmendi, a quien le bastaron solo siete minutos para remarcar su jerarquía en el área y poner el merecido 1-0.
Ya en ventaja, Solari buscó que el equipo mantenga la pelota para no sufrir los minutos finales, por eso ingresaron Pozzo y Leyes, por Altamira y Ábrego respectivamente.
A pesar de que Luqueño lanzó varios centros picantes al área sobre los minutos finales, el equipo pudo aguantar bien, e incluso tuvo la oportunidad de ampliar el marcador, sin embargo esto no sucedió y el triunfo se consumió por la mínima diferencia.
CONCLUSIÓN
Godoy Cruz hizo los deberes y sumó su segundo triunfo consecutivo como visitante en esta copa.
A pesar del corto margen de diferencia y de que no hubo fineza en los metros finales para estirar la ventaja, es una victoria valiosa dado el contexto de lucha y poco fútbol que se pudo dar en el estadio La Huerta.
Antes de enfrentar a Grau queda muchísimo por mejorar, y más aun si se quiere hacer un papel digno frente a Gremio en Brasil para mantener el liderato del grupo.