El mediocampo es siempre la zona clave en todo equipo de fútbol. Es el lugar caliente de la cancha, donde se empiezan a definir los partidos ya sea para bien como para mal.
Godoy Cruz ha sabido tener grandes volantes centrales (el Gato Letnz, Daniel Dobrik, César Paiber, Nico Olmedo, Torito Rodríguez) y también ha sabido padecer sus ausencias. El “5” es fundamental para el equilibrio del equipo y su buen andar.
En su primer semestre al frente del Tomba, el Gallego Méndez contó con Fernando Godoy, un relojito que junto a Fernando Zuqui manejaban los tiempos del equipo y liberaban a Pol Fernández y Silva para ser punzantes en la ofensiva. Con la salida de ambos, el equipo se vino abajo e incluso esos futbolistas nombrados bajaron considerablemente su nivel.
La urgencia a la hora de afrontar este receso veraneigo fue la de conseguir un tipo que se pare en el medio y se adueñe del equipo, le vuelva a dar esa presencia necesaria y engrane rápido para volver a ver un Expreso con identidad ganadora y no el que terminamos viendo a finales del 2016 que entregaba poco y nada.
Walter Serrano llegó de Atlético de Rafaela. Allí era capitán. Él será el responsable de hacer lo que solicita esta columna, y fundamentalmente, lo que necesita el Bodeguero.